La Asamblea Legislativa Plurinacional, en particular la Cámara de Diputados, lleva un mes sin sesiones plenarias, según denuncian los propios miembros de esa cámara. La razón principal: muchos legisladores han volcado sus energías en impulsar sus precandidaturas rumbo a las elecciones generales del 17 de agosto.
Un ejemplo claro de esta paralización institucional fue el conflicto interno que enfrentaron los diputados oficialistas Deysi Choque, Rolando Cuéllar y Jerges Mercado por la posible candidatura a la Vicepresidencia. Estas disputas internas han eclipsado el tratamiento de leyes clave para el país, en medio de un debate que incluso cuestionó la viabilidad de la candidatura a la reelección del presidente Luis Arce Catacora.
“Hace cuatro semanas que no sesiona la Cámara de Diputados. Y el único que puede convocar es el presidente Omar Yujra. Las pocas veces que lo ha hecho, no se ha incluido ningún proyecto de ley relacionado con préstamos”, observó el diputado opositor José Luis Porcel en contacto con EL DEBER. Otras fuentes de esa cámara señalaron que el legislador busca ser candidato al Senado, pero no logró adhesiones ni siquiera al interior de su facción.
Desde el oficialismo se justifica esta inactividad bajo una estrategia política: solo convocar a sesión cuando haya los votos necesarios para aprobar proyectos clave. “En cuanto veamos que hay números para poder garantizar la aprobación, seguramente vamos a tratar. Lo que no queremos es volver a arriesgar como se hizo con los 100 millones de dólares comprometidos para las elecciones en el exterior y que luego no se cumplieron”, explicó Deysi Choque.
Las tensiones internas dentro del Movimiento al Socialismo (MAS) aumentan a medida que se definen los binomios electorales. El diputado suplente Rolando Cuéllar, quien antes defendía al presidente Luis Arce, criticó duramente al mandatario por supuestamente haber elegido a Deysi Choque como su candidata a la Vicepresidencia. “Señor presidente Luis Arce, no se equivoque con su entorno y no caiga como Evo Morales”, advirtió en conferencia de prensa. Anteriormente, Cuéllar fue uno de los legisladores que había emitido mensajes clave para defender la gestión de Arce.
Cuéllar denunció que la decisión fue tomada “entre cuatro paredes y ocho personas”, y que la jefa de gabinete del presidente, Fabiola Salazar, habría ofrecido cargos públicos a cambio de apoyo para Choque. “¡Vamos a pedir su renuncia!”, anunció el parlamentario, haciendo pública su ruptura con el ala arcista del MAS.
Por su parte, el diputado Hernán Hinojosa también marcó distancia del arcismo y declaró su respaldo a la precandidatura de Andrónico Rodríguez. “Andrónico tiene todo el derecho de participar, es un líder joven que va creciendo. Mientras tanto, Evo Morales se va quedando solo”, apostilló en medio de fuertes rupturas al interior del oficialismo.
Para la senadora Cecilia Requena (Comunidad Ciudadana), muchos legisladores están inmersos en la dinámica electoral, pero eso no debería ser excusa para dejar de lado sus funciones legislativas. “Es difícil imaginar que un legislador pueda separarse completamente de la realidad. Se puede combinar ambas responsabilidades”, sostuvo en un contacto con el diario EL DEBER.
Mientras tanto, proyectos de ley importantes siguen sin ser debatidos. Entre ellos están las propuestas enviadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para garantizar la transparencia de las elecciones, como el principio de preclusión, la ley de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares y la ley de paridad en los binomios. Ninguna de estas iniciativas ha sido aprobada en ambas cámaras.
La agenda legislativa de la semana del 5 al 11 de mayo contemplaba, además, el tratamiento de nueve créditos internacionales por un total de $us 489 millones. Estos fondos provienen del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Fonplata, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo. Sin embargo, la falta de sesiones regulares ha paralizado su análisis.
Mientras legisladores se concentran en sus campañas, el legislativo sigue congelado, en un momento clave para la estabilidad política y económica del país.