17 de mayo de 2024, 19:12 PM
17 de mayo de 2024, 19:12 PM
Se abre la polémica sobre quién es responsable de los altos índices de informalidad en Bolivia. Por un lado, la ministra de Trabajo, Verónica Navia, culpó al sector empresarial de este fenómeno argumentando que varias compañías no registran sus contratos. Esto generó molestia en este sector que rechazó estas declaraciones.
La autoridad fijó esta postura en un el Taller Hemisférico “Futuro del trabajo y nuevas dinámicas del empleo en las Américas” que se desarrolla en San José de Costa Rica.
“Entonces, esta informalidad que la genera el propio empleador o empresario privado es la que nosotros estamos en la obligación de combatir, y a la que volcamos toda nuestra labor”, sostuvo.
La autoridad también destacó los indicadores que sitúan a Bolivia como un país con la menor tasa de desocupación en Sudamérica como resultado del Modelo Económico Social Comunitario Productivo.
Los dichos de la autoridad encontraron respuesta. Mediante un comunicado la CEPB rechazó las declaraciones vertidas por esta autoridad.
“El trabajo informal, que en Bolivia supera al 80%, es un problema estructural y de larga data, que se profundiza por la informalidad económica y los desequilibrios en las políticas salariales que dificultan la creación y sostenimiento de empleo digno”, dijo esta institución.
Para la entidad “pretender responsabilizar a los empresarios privados por esta grave realidad social y económica no solo es injusto sino inaceptable”.
Según un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Bolivia es el país con mayor trabajo informal del mundo, con el 85% de su fuerza laboral; lo cual la sitúa inclusive ampliamente por encima de la informalidad de América Latina y el Caribe, que tiene un 53,7%, según los últimos datos al 2022.
Es decir, ni dos personas de cada 10 tienen un empleo formal en Bolivia. Y en cuanto el sexo, la mayor informalidad la tienen las mujeres con un 87%, en cambio los hombres la cifra llega al 83,1%.
