3 de junio de 2024, 19:00 PM
3 de junio de 2024, 19:00 PM
Los avasallamientos, construcciones y otras actividades en el área de infiltración sur están secando las lagunas y los cursos naturales de agua que alimentan a los acuíferos en la zona de conservación y a la UCPN Parque Lomas de Arena.
Así se constató en una inspección realizada este lunes para verificar el cumplimiento de la pausa ambiental que vence este jueves 6, pero que busca ser ampliada.
Personal técnico de la Gobernación se trasladó hasta la zona para levantar un informe sobre el impacto de los residuos sólidos y el estado de los cursos de agua. La diputada María José Salazar y la concejala Lola Terrazas, junto a EL DEBER, acompañaron la inspección en su primera jornada.
Durante la inspección, se constataron daños en la cadena de lagunas del sur del río Piraí, que están en el área conservación natural, ubicada en las cercanías de las Lomas de Arena. Los ojos de agua sienten el impacto de los avasallamientos ocurridos en octubre de 2022 al Centro Turístico de la familia Kim y de otras actividades en zonas próximas, donde se desvían o cierran cursos naturales de agua. Aquella vez, en los predios de los Kim, los avasalladores abrieron caminos, tumbaron árboles y rellenaron con cascote y tierra los canales naturales.
El Encanto es una de las lagunas que se está muriendo. “Lamentablemente está completamente seca, esta es la primera vez que sucede. Antes, por esta época, ya estaba llena y el agua corría hacia la otra laguna”, dice uno de los propietarios de los predios Kim. Además de los daños en el drenaje natural por los avasallamientos, cerca de ella hay una chanchería, que bloquea el curso del agua.
También sufre la laguna Las Garzas, donde levantaron un muro que impide el paso del agua, mientras que en la laguna Aguas Claras solo queda una lengua de agua, lo que antes no ocurría. Asimismo, los canales que van hacia las Lomas de Arena continúan taponeados.
La importancia de la cadena de lagunas
Damián Vaca, asesor ambiental y director de la Red Biodiversidad, explica que la cadena de lagunas del sur del río Piraí está conformada por Las Garzas, Tom Hackett, El Encanto, Aguas Claras y Palmira, cuya función es alimentar a los acuíferos y a la UCPN Lomas de Arena, pero que ahora están afectadas. Señala que el agua que consume Santa Cruz de la Sierra se infiltra en este punto, que además tiene conectividad con las UCPN Parque Lomas de Arena y Güendá Urubó.
“El curso natural que viene desde la UCPN Güendá Urubó drenaba el agua hasta esta zona y evitaba que la ciudad se inunde. Entonces, toda el agua en la época de lluvia corría por los canales naturales y llegaba hasta las lagunas y las llenaba. Ahora se han cerrado todos los conductos y, hemos visto que, en la última lluvia del año pasado, el agua se desvió hacia a la mancha urbana de Santa Cruz de la Sierra, provocando inundaciones en la ciudad, cosa que antes no ocurría, mientras que en esta zona todo está seco”, manifiesta.
Señala que, como la cadena de lagunas del sur del río Piraí está bloqueada, el único flujo de agua que tienen los acuíferos es la quebrada de Choré Choré, pero que también sufre presiones sobre sus afluentes, por la habilitación de mataderos que no cumplen con las medidas medioambientales.
A la concejala Lola Terrazas le preocupa las consecuencias a largo plazo de los daños en el área de infiltración sur, ya que la zona de recarga de acuíferos es fundamental para el abastecimiento de agua potable a la ciudad. «Esto es una situación muy grave que pone en riesgo el aprovisionamiento de agua para la ciudad«, advirtió Terrazas, al indicar que, si se secan las lagunas, los acuíferos también se secarán, y eso nos llevará a una crisis de agua en el futuro».
La diputada Salazar insistió en la importancia de la ampliación de la pausa ambiental y que se apruebe una ley que declare a la zona como área protegida para que se genere con esto un plan de manejo para proteger toda esta zona de conectividad donde hay acuíferos.
