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4 de junio de 2024, 15:00 PM

4 de junio de 2024, 15:00 PM

El año pasado la importación de maíz fue de 1.305 toneladas y dejó un valor de $us 2 millones, indicó un boletín del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) que fue realizado con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta es la cifra más baja registrada en los últimos 18 años.

Mario Moreno, presidente de la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (Promasor), observó estas cifras e indicó que si bien son datos oficiales, denunció que existe una importante cantidad de maíz que ingresa al país por contrabando y la misma es “ocultada” por las autoridades. 

También señaló que la producción interna que se tiene es poca y no llega a las 200.000 hectáreas y por ello no se puede abastecer la demanda interna del producto. “La baja importación afecta al pecuario y su producción, además de los avicultores”, dijo el productor. 

Agregó que quienes consumen  más maíz son los avicultores, tienen 250 millones de pollos a nivel nacional, que comen 3.5 kilos de maíz por día, esto deja un total de 800 mil toneladas al año. 

“La producción nacional no da más porque nosotros seguimos con los materiales antiguos, híbridos y variedades. Por lo tanto, estas últimas no nos dan alto rendimiento en la producción”, indicó Moreno.

Moreno señaló que mientras el productor nacional produce para el mercado interno entre 2,7 y 2,8 toneladas por hectárea, en los países vecinos producen entre 9 y 10 toneladas por hectárea. 

“Utilizan material genéticamente mejorado como la semilla transgénica. Todos estos insumos (también) son utilizados en la transformación de los animales», justificó. 

El titular de Promasor dijo que mientras el productor en Bolivia utiliza una bolsa con 60.000 semillas de maíz, en otros países se utiliza la misma bolsa, pero con 80.000 semillas transgénicas y con un maíz que rinde mucho más. 

“Por ejemplo, en cinco hectáreas esa semilla me puede dar 1.000 quintales de maíz, pero si lo hacemos tradicionalmente en un mayor número de hectáreas no llega a esa cantidad de quintales. Entonces la figura es que, en menor cantidad de tierra, utilizando estos materiales transgénicos, el resultado es más productivo”, complementó. 

Lamentó que mientras los países vecinos están hace 15 y 20 años implementando esta tecnología, en Bolivia el productor continúa en las mismas. 

“¿Por qué nos invaden (los países con sus productos)? Porque tienen mejores condiciones y se pueden dar el lujo de vender su maíz dos y tres veces más (que nosotros) de una misma hectárea”.

Aseguró que el sentido del uso de la biotecnología es ser “más eficientes y productivos”.

En el mes de enero de este año, el presidente Luis Arce Catacora afirmó que Bolivia apuntará a desarrollar sus propios avances en el campo de la biotecnología para no depender de la importación de estos insumos de países vecinos. 

“La crisis climática ha generado condiciones adversas que van desde la sequía, inundaciones y otros en zonas de expansión que son las más productivas del país, donde controlar malezas, plagas y enfermedades contienen costos insostenibles”. 

Por eso, el Gobierno nacional ha instruido al ministerio correspondiente trabajar y generar nuestra propia biotecnología para proteger la naturaleza, agregó el mandatario. 

En esa ocasión, fuentes del sector agrícola explicaron que la postura de Arce es más política que técnica porque el pedido para el acceso a estas herramientas siempre fue ignorado por las autoridades de Estado.



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