Dos protestas cerraron ayer los accesos al centro histórico de La Paz y al barrio de Sopocachi. La Policía Boliviana ejecutó, ante este escenario, un operativo que incluyó la instalación de rejas para evitar el ingreso de los manifestantes a las calles próximas a entidades públicas. El presidente, Luis Arce, dijo que las protestas eran “nuevas expresiones antinacionales” que buscan convulsionar al país y postergar las elecciones generales del 17 de agosto.
El fin de semana, el expresidente Evo Morales anunció movilizaciones a partir del domingo para presionar y así inscribir su candidatura para la contienda electoral de agosto. Luego remarcó que no se responsabilizaría por las consecuencias de esas movilizaciones de protesta.
De este modo, aliados al exmandatario iniciaron la marcha desde la Cervecería Boliviana Nacional rumbo a las puertas del Tribunal Supremo Electoral (TSE), sin embargo, se encontraron con un contingente policial que desde tempranas horas también crearon anillos de seguridad en inmediaciones de la plaza Abaroa que, precisamente, está en Sopocachi. La Alcaldía de La Paz comunicó que, ante la “gran marcha” que se realizaría y que pondría en riesgo la integridad de los espacios públicos, se determinó el cierre de la plaza de manera preventiva.
El viceministro de Régimen Interior, general Jhonny Aguilera, informó que ante esta protesta y las amenazas de convulsión social se movilizaron cerca de 3.000 policías en el Kilómetro Cero, la plaza Abaroa y las instituciones estatales, con el fin de resguardarlas de posibles desmanes. En esa línea y los operativos es que se logró la aprehensión de dos personas que se dirigían a bordo de una motocicleta desde El Alto a La Paz, en posesión de 47 dinamitas, 55 mechas con fulminantes y 20.000 unidades de detonadores.
“Se pretende generar un estado de convulsión a través de la polarización de las protestas motivando a acciones de carácter violento. Entendemos que existen una serie de sectores que por alguna prebenda o beneficios están brindando soporte”, dijo Aguilera.
La autoridad aseguró que las fuerzas del orden tienen el control en las carreteras a escala nacional, además, le llamó la atención que en estos días observó que manifestantes reciben una serie de dádivas económicas, razón que está siendo investigadas por la Unidad Financiera.
Por su parte el ministro de Gobierno, Roberto Ríos, fue más tajante al señalar que la protesta evista busca causar muertos por imponer la candidatura de Evo y poner en riesgo las elecciones y el acortamiento de mandato. Precisamente la marcha evista, que culminó en puertas del Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) pidió la renuncia del presidente Arce, los vocales del TSE y de los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional.
“Todo intento de promover la sedición, sabotaje electoral o el derrocamiento del gobierno por vías no democráticas tendrá una respuesta enmarcada en la ley”. aseguró Ríos.
Durante el aniversario por los 216 años del Regimiento de Infantería 1 “Colorados de Bolivia”, Escolta Presidencial-, el mandatario Luis Arce, manifestó que las expresiones antinacionales buscan convulsionar el país, fracturar el territorio y causar enfrentamiento entre bolivianos. Por ello, aseguró que las fuerzas patrióticas defenderán nuevamente la Constitución Política, unidos a sus ciudadanos.
“Evitemos que nos vuelvan a usar para sus propósitos mezquinos y personales”, sentenció.
Aumentarán las protestas
Desde el otro frente, gremialistas de El Alto y la Central de Trabajadores cumplieron con una protesta en contra de la administración de Arce por el desabastecimiento de carburantes, la falta del dólar y la crisis económica. Además, anunciaron que este miércoles realizarán una nueva protesta.
“Las Conamypes, los compañeros cerrajeros, albañiles no tenemos cómo pagar los créditos. Este gobierno no está solucionando la crisis”, lamentó Toño Siñani, dirigente gremial.
Siñani negó que estas movilizaciones tengan fines políticos, sino porque el pueblo tiene hambre y está afectado por la crisis.