Dirigentes cívicos de Tarija y Yacuiba advirtieron que la relación bilateral con Bolivia podría verse afectada por las órdenes reservadas del Gobierno argentino a los militares para detener a civiles en situación de flagrancia en zonas fronterizas.
En el marco del Operativo Roca, el ministro de Defensa argentino, Luis Petri, instruyó la aplicación de la medida y a portar armas cargadas ante cualquier peligro durante los patrullajes en lugares sensibles de las provincias de Salta y Jujuy.
El presidente del Comité Cívico de Tarija, Jesús Gira, pide a la Cancillería boliviana solicitar información a su similar sobre el denominado «Operativo Roca» para evitar una tensión diplomática entre ambos países.
A su criterio, esta es una llamada de atención a las autoridades gubernamentales de Bolivia que no tienen una política para la lucha contra el narcotráfico, ya que existen casos de bolivianos detenidos con cocaína en Brasil, Argentina y otros países.
«Si bien respetamos la decisión argentina, esperamos que no haya excesos contra civiles bolivianos que cruzan las fronteras por razones de trabajo o actividad comercial», aseveró Gira.
El presidente del Comité Cívico de Yacuiba, Henry Medrano, coincidió con Gira, al decir que por criterios políticos el gobierno boliviano estará en desacuerdo con la decisión de Argentina.
En su opinión, la medida es muy complicada, ya que obedece a la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia que impera en la frontera con Bolivia.
Según Medrano, el narcotráfico es la «madre» de los delitos, debido a que personas inescrupulosas internan cocaína al país vecino por más de 100 pasos ilegales que existen con Salvador Mazza.
El abogado Esteban Ortuño consideró que la orden del ministro de Defensa de Argentina es parte de una demagogía del gobierno de Javier Milei y que las Fuerzas Armadas del país, en base al principio de reciprocidad, deberían actuar de la misma manera.
«Cuando se habla de calidad de migrantes, el boliviano destaca porque es una persona trabajadora y honesta que aporta en Argentina, pero un migrante que llega del país vecino es una persona que se dedica a vender pulseritas y baratijas en nuestras plazas o pide dinero en las calles. Incluso consumiendo algún estupefaciente a vista del público», comentó Ortuño.
Agregó que espera que la medida gubernamental de Argentina no tensione la relación bilateral.
A mediados de abril, el embajador de Argentina en Bolivia, Marcelo Adrián Massoni, aseguró que la relación bilateral entre ambos países estaba bien y que se impone la hermandad porque «son pueblos hermanos y comparten una historia en común».
Desde la Cancillería boliviana, se informó que un pronunciamiento al respecto se difundirá en la página web y las redes sociales.