A menos de dos meses de las elecciones generales en Bolivia, los principales candidatos presidenciales intensifican su presencia en redes sociales con el objetivo de posicionar su imagen, captar nuevos simpatizantes y, sobre todo, convertir seguidores virtuales en votos reales.
Y es que en un contexto eleccionario, las redes sociales se han convertido en una herramienta esencial para las campañas políticas, permitiendo a candidatos y partidos llegar a un público amplio, interactuar con los votantes y difundir mensajes de manera efectiva. Sin embargo, su uso requiere una estrategia bien definida, considerando la segmentación del público objetivo y la autenticidad en los mensajes políticos.
Facebook, X (antes Twitter), Instagram y TikTok se han convertido en campos de batalla política digital, donde los números revelan no solo el alcance de cada postulante, sino también las limitaciones de este tipo de influencia.
Un análisis realizado con datos públicos de seis de los presidenciables mejor posicionados en la reciente encuesta de intención de voto publicada por EL DEBER -Samuel Doria Medina, Jorge Tuto Quiroga, Andrónico Rodríguez, Manfred Reyes Villa, Rodrigo Paz y Jhonny Fernández- permite establecer comparaciones entre sus audiencias digitales y su respaldo electoral.
La revisión de cada candidato y sus respectivas cuentas, en las cuatro redes mencionadas, permite construir un “ranking” de postulantes, en relación a número de seguidores, que presentamos a continuación.
En Facebook lidera el empresario y político Samuel Doria Medina con 548.155 seguidores, seguido por Andrónico Rodríguez, con 363.759, y el alcalde cochabambino Manfred Reyes Villa, con 189.360. Jhonny Fernández (168.716) y Tuto Quiroga (160.603) se mantienen más abajo y, al final, Rodrigo Paz aparece con 14.322 seguidores.
En la red X, Samuel también la encabeza con 289.338 seguidores, seguido por Tuto Quiroga (227.988). Andrónico apenas alcanza los 60.373: le sigue Manfred, con 30.362; Rodrigo Paz, 6.496, mientras que Jhonny Fernández tiene presencia casi simbólica (885 seguidores).
En Instagram, aunque esta plataforma tiene menor peso político en Bolivia, Doria Medina igualmente la lidera con 90.700 seguidores, muy por encima de los 19.200 de Manfred Reyes Villa, los 19.000 de Andrónico y los 18.900 de Tuto Quiroga. Cierran la lista Jhonny Fernández, con 5.213, y Rodrigo Paz, con 3,569.
Y en TikTok, red clave para los votantes más jóvenes, también destaca Samuel, con 540.600 seguidores, muy por delante de Andrónico Radríguez (316.500) y Jhonny Fernández (277.200). Tuto (145.700), Manfred (206.900) y Rodrigo Paz (80.400) completan el panorama.
Seguidores Vs. encuesta
Si se comparan estos datos con la encuesta de EL DEBER, el panorama revela matices que evidencian una correlación parcial entre seguidores y apoyo electoral. Samuel Doria Medina es el caso más coherente: no solo lidera en las cuatro redes sociales analizadas, sino que también encabeza la intención de voto con 24,02%, confirmando que su estrategia digital está bien alineada con sus resultados políticos.
Jorge Tuto Quiroga, con buenos números en Facebook y X, alcanza el 22,07% de intención de voto, consolidando una presencia sólida, aunque no tan explosiva en redes más jóvenes como TikTok.
Andrónico Rodríguez es un caso llamativo: con cifras altas en TikTok y Facebook, se sitúa en tercer lugar de intención de voto (14,69%), lo que sugiere una brecha entre su visibilidad digital y el respaldo real que moviliza.
Manfred Reyes Villa, con números relativamente modestos en todas las plataformas, refleja una situación consistente con su 9,39% de apoyo. No destaca ni en lo digital ni en las encuestas.
Rodrigo Paz, pese a ser el menos seguido en todas las redes, salvo TikTok, alcanza un 5,56%, lo que indica que su votación proviene de estrategias fuera del espectro digital dominante.
Jhonny Fernández, por su parte, cuenta con una base relevante en TikTok y Facebook, pero apenas llega al 2,56% de intención de voto, lo que revela la dificultad de convertir popularidad virtual en votos reales.
Se cuestiona eficacia
La tendencia es clara: mientras algunos candidatos como Doria Medina logran sincronizar su presencia digital con su fuerza electoral, otros no logran esa conversión. La brecha entre seguidores y votos plantea interrogantes sobre la eficacia de las redes como instrumentos directos de conquista electoral en Bolivia, especialmente en un país donde el acceso a internet aún es desigual y las decisiones políticas muchas veces se basan en estructuras territoriales más tradicionales.
El desafío para los presidenciables es lograr que sus estrategias digitales no se queden en la superficialidad del “me gusta” o la viralidad pasajera, si no que construyan narrativa, credibilidad y estructura política sostenida.
En una elección que promete ser una de las más fragmentadas y polarizadas de los últimos tiempos, cada voto, y cada seguidor bien fidelizado, cuenta.
Reguladas por norma
Desde la Unidad de Comunicación del Tribunal Supremo Electoral (TSE), se informó que las cuentas en RRSS de candidatos, partidos y alianzas, deben estar registradas ante el Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (Sifde), como se establece en el Reglamento de propaganda y campaña electoral para las elecciones generales 2025.
El plazo para este registro, vence esta semana.