Jul 11, 2025 @ 3:17
Bandera superior


Bolivia está en la recta final de las elecciones generales del 17 de agosto en medio de un clima político polarizado, especialmente al interior de las corrientes del oficialismo de izquierda. Evo Morales, sin ser candidato ni contar con un partido habilitado, aplicó en los últimos meses al menos siete estrategias para volver al poder, mientras el presidente Luis Arce, en el ocaso de su mandato, caracterizado por una severa crisis económica y de suministro de carburantes, mantiene la promesa de garantizar el voto, pero sin descuidar su apuesta por Eduardo Del Castillo en la representación del MAS.

Así lo hizo saber durante su reciente mensaje público emitido desde la Casa Grande del Pueblo, el palacio construido en la gestión de Evo Morales y que dejará en exactamente 120 días, que es lo que le queda a su gobierno. Ambos se acusan de facilitar el regreso del modelo que aseguran combatir.

La estrategia de Evo 

Sin partido, sin candidatura, pero con poder simbólico y territorial, Morales desplegó una ofensiva política que incluyó desde marchas y bloqueos, hasta denuncias contra vocales electorales y llamados a desconocer el proceso, de acuerdo con un recuento realizado por EL DEBER sobre la base de declaraciones de dirigentes de esa facción política.

1. Movilizaciones para recuperar el MAS y su candidatura: desde septiembre de 2024, los evistas impulsaron protestas bajo el lema “salvar Bolivia”, exigiendo la habilitación de Morales y la restitución de la sigla del MAS.

2. Ataques al TSE y al TCP: Morales acusa sistemáticamente a los vocales electorales y magistrados constitucionales de ejecutar un “Plan Cóndor judicial” para proscribirlo. Desde 2023 sostiene ese discurso casi a diario desde el Chapare.

3. Bloqueos con saldo fatal: entre mayo y junio, grupos radicales evistas cercaron poblaciones como Llallagua. Se reportaron al menos seis fallecidos y cientos de heridos. Las acciones buscaban presionar la habilitación de Evo.

4. Amenaza de boicot electoral: Tras ser inhabilitado el 19 de mayo, Morales lanzó la advertencia: “sin Evo, no hay elecciones”.

5. Expulsión de candidatos en el Chapare: El 30 de junio, federaciones cocaleras de Carrasco vetaron a tres candidatos por no ser evistas y les ordenaron vender sus tierras.

6. Campaña por el voto nulo: diputados evistas promueven anular el voto como forma de protesta. El propio Morales dijo que “cuatro millones” de personas se abstendrán si él no está en la papeleta electoral que entrará a imprenta estos días.

7. Denuncias contra el vocal Tahuichi: Morales y su entorno acusan al vocal Tahuichi Tahuichi de haber recibido $us 200.000 para inhabilitar a PAN-Bol. Las acusaciones, basadas en supuestos informes de medios digitales y de un perito sin respaldo verificable, también involucran al exministro César Siles y a la esposa del presidente Arce. Tahuichi renunció a su secreto bancario y pidió a la ASFI una certificación de cuentas en el exterior.

El vocal del TSE Francisco Vargas advirtió que persisten amenazas latentes contra el proceso electoral: “Aún existe cierto riesgo de llegar al día de la votación”.

El intento de Evo por regresar a la boleta ha sido cortado por tres fallos del Tribunal Constitucional entre 2023 y 2025. El más reciente, la Sentencia Constitucional 007/2025, establece sin ambigüedades: “Ningún ciudadano boliviano puede ejercer más de dos veces el cargo electo de presidente o vicepresidente, sea de forma continua o discontinua”.}

Factor Arce

Luis Arce, cada vez más aislado en lo político, denuncia intentos de sabotaje desde sectores que “no lograron movilizar al pueblo” y acusa a la oposición de usar la escasez de diésel y dólares en su favor.

Aseguró que el día de los comicios, las Fuerzas Armadas y la Policía estarán bajo el control del TSE, como manda la ley. “Vamos a hacer todo para que las elecciones se desarrollen en un clima pacífico”, afirmó al asegurar que su prioridad en lo político serán las elecciones.

Arce también criticó las encuestas que ubican al MAS entre los últimos lugares de preferencia. “Decían lo mismo en 2020, que íbamos a empatar con Mesa. Ganamos con el 55%. El pueblo no es tonto”, dijo.

Pese a la crisis económica —que atribuye al bloqueo legislativo—, Arce defendió su modelo económico y ve en las propuestas de la oposición una amenaza: fin de los subsidios, libre flotación del dólar y privatizaciones. “Mientras haya pobres en Bolivia, habrá un masista”, apostilló tras esta valoración.

Dijo que su plan económico aún tiene futuro y cree que el pueblo lo refrendará en las urnas. “El proceso de cambio no ha cesado”, reiteró.



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